La crecida de migrantes que intentan cruzar de México a Estados Unidos afecta colateralmente el flujo de comercio binacional. El drama humano tiene también un reverso económico.
Las empresas de ferrocarriles se han visto obligados a frenar sus rutas para evitar que más inmigrantes monten sobre los carros, mientras que las autoridades han optado por cerrar aduanas en Chihuahua, obstaculizando el ingreso y salida de miles de camiones repletos de mercancías. Las cámaras empresariales del país ya han cifrado en más de 1.200 millones de dólares los efectos de la reciente crisis migratoria que lleva poco más de una semana.
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