En 2018, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inició una guerra comercial con China. México se benefició: las empresas que buscaban evitar los aranceles diversificando la producción fuera de China vieron al país como una buena opción gracias a su mano de obra accesible, una infraestructura decente y, lo más importante, su acuerdo de libre comercio con Estados Unidos.
Sin embargo, a medida que se acerca el segundo mandato de Trump, esa lógica se está deteriorando. Las empresas chinas recurrieron a México más que la mayoría. Su inversión en el país ha aumentado considerablemente.
Consultar Información completa en:
Compártelo en: