Bajo las medidas arancelarias anunciadas por la administración de Donald Trump al sector automotriz, cada componente no estadounidense que cruza la frontera entre México y Estados Unidos estará sujeto a pagos recurrentes, incluso si forma parte de una cadena de suministro integrada.
De acuerdo con un alto funcionario del gobierno estadounidense, el escenario es claro: autopartes fabricadas en terceros países, como China o Alemania, pero ensambladas en México, pagarán aranceles cada vez que entren a territorio estadounidense.
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