Aún no terminamos de sentir los efectos en el largo plazo de la pandemia y una nueva disrupción obliga a repensar las estrategias hasta ahora adoptadas para la adaptación a la nueva realidad.
El mercado de graneles y carga seca sufre ya los primeros efectos del aumento del precio del búnker y depuradores, el incremento de declaraciones de fuerza mayor, el pago de salarios de tripulantes de nacionalidad rusa y ucraniana, e incluso el rechazo de las aseguradoras londinenses frente a transacciones relacionadas con Rusia.
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